Dependiendo del tipo de masaje, los efectos de un masaje en nuestro cuerpo varían. Sin embargo, lo que la mayoría de los masajes tienen en común es que la piel, los músculos y el tejido
conectivo son influenciados mecánicamente. Esta influencia es causada por estímulos de presión, extensión o tensión.
Las diferentes técnicas de masaje estimulan la circulación sanguínea de la piel y los músculos. Además, se estimula el metabolismo celular en el tejido y se reducen la presión arterial y el
pulso. Además, el masaje de la piel y los músculos tiene un efecto relajante sobre ellos. Los endurecimientos en la musculatura pueden ser disueltos así como las adherencias. Por lo tanto, un
masaje también puede tener un efecto analgésico.
Un masaje tiene un efecto positivo en todo el organismo. A través de los llamados arcos reflejos tiene un efecto beneficioso en los órganos internos. Un masaje es también relajante para la
psique: el estrés existente se puede reducir con el toque suave.
